Dios nos coja confesados.
En abril de 2002 el escritor Ignacio Vidal-Folch se fue a visitar los restos arqueológicos de la Barcelona de comienzos del siglo XVIII recién descubiertos debajo del viejo Mercado del Born —donde se estaban realizando las obras de cimentación de lo que debía ser la tan anhelada Biblioteca Provincial¬—, y dejó esta crónica. Han pasado once años desde entonces y lo menos que puede decirse es que sus temores se han cumplido con creces. No sólo la Biblioteca Provincial sigue pendiente, sino que las ratas del XVIII allí encontradas, tan llenas de valor simbólico, han dado paso a algo más que a un centro histórico-cultural destinado a recuperar la memoria histórica y a alimentar las jeremiadas patrias. Ayer el alcalde de Barcelona, con ese garbo que le caracteriza, presentó el programa. La fiesta durará un año, de septiembre de 2013 a septiembre de 2014; incluirá 80 actos, repartidos por toda la ciudad; costará 2,5 millones de euros y dará trabajo a los más variados especímenes de la cultura catalana. En fin, que no se librarán ni las ratas.
Dios nos coja confesados.
Dios nos coja confesados.