Parece que esta tarde empezarán a debatirse y a votarse en el Congreso de los Diputados las enmiendas a la totalidad del texto de la Lomce presentadas por los distintos grupos parlamentarios y políticos –todos excepto el Foro Asturias y UPN y, como es natural, el Popular–. Las razones aducidas para pedir la devolución del texto difieren según los grupos, pero las más llamativas son, sin duda, las del Socialista. En primer lugar, porque se trata del máximo responsable –en connivencia con la izquierda extrema y los nacionalismos– de la destrucción del sistema público de enseñanza en España. Y, luego, por las razones mismas a las que ha recurrido el grupo parlamentario para justificar su enmienda a la totalidad. Tres simples muestras. «El proyecto de ley es una norma profundamente ideológica». Asombroso. Como si las leyes educativas socialistas –todas las que han tenido efecto en democracia, esto es, Lode, Logse y Loe– constituyeran un dechado de asepsia en el que no han hallado cobijo ni gérmenes ni microbios ideológicos. «Rompe con el pacto educativo» –o sea, con el consolidado a partir de 1985 con la Lode–. Extraordinario. Los socialistas llaman pacto a lo que acuerdan por su cuenta y riesgo, y apelan a él, claro está, cuando otros obran del mismo modo. Y en fin, según ellos, el proyecto de ley instaura «un modelo basado en el darwinismo social». Impresionante. El cultivo del esfuerzo, el fomento del mérito y la aspiración a la excelencia persiguen, a su juicio, la eliminación –¿física, tal vez?– de los menos capaces. Decididamente, el delirio de esta gente no tiene fin.