Hasta nueva orden, un Parlamento es un lugar al que se va a parlamentar, o sea, a hablar, a conversar y, en la medida de lo posible, a llegar a acuerdos. Ello es así, o debería ser también así, en el Parlamento de Cataluña. En todo caso, sucesos como el del pasado jueves, cuando la presidenta de la Cámara, Núria de Gispert, negó la palabra al portavoz de Ciutadans, Jordi Cañas, impidiéndole de este modo responder por alusiones a la intervención del diputado de la CUP, David Fernàndez, que había equiparado a PP y C’s con formaciones xenófobas y neonazis por dar su apoyo a la concentración de esta mañana en la plaza de Cataluña, no contribuyen en absoluto a preservar la función de la institución ni, por supuesto, su prestigio, si es que aún le queda alguna triza. Tanto más cuanto que «la transición nacional» emprendida por Artur Mas ha derivado en una partición de la clase política en dos bandos —partición a la que se añade, claro está, una multiplicidad de fracturas en el campo social y familiar— que impide considerar las palabras de Fernàndez como ajenas al sentir general del bloque independentista del que forma parte en razón de los compromisos contraídos hasta la fecha. Quiero decir que De Gispert y él defienden en estos momentos unos mismos intereses. Y lo mismo ocurre en lo tocante a Ciutadans y al PP, cuya reacción de anteayer al abandonar sus diputados el hemiciclo, todos a una, ante la imposibilidad de replicar al infundio vertido desde las filas de la CUP, no puede sino interpretarse como la evidencia de que en el tablero político catalán no hay sitio para ellos. Y todo por defender la ley y el orden. ¿O acaso no es defender la ley y el orden aspirar a manifestarse el Día de la Hispanidad, fiesta nacional de España, bajo un lema tan liviano, tan integrador y tan pegado a la realidad como «Som Catalunya, somos España» y sin tener que verse vituperados por ello? Y encima la presidenta del Parlamento les soltó, ofendida, que no tenían vergüenza. ¿Vergüenza, señora De Gispert? ¡Pero si estas señorías son las únicas del Parlamento catalán que todavía la conservan!

(ABC, 12 de octubre de 2013)

«Senyor Cañas, calli»

    12 de octubre de 2013