(ABC, 28 de septiembre de 2013)
Un «rull» es un rizo, un bucle, un tirabuzón. Una suerte de espiral, vaya. Tal vez por esa razón el partido del presidente Mas está ahora en manos de un secretario de organización llamado Josep Rull y de un portavoz parlamentario que responde al nombre de Jordi (Tu)rull. Es verdad que, para llegar a ello, ha sido preciso que Oriol Pujol se echara a un lado, así en el partido como en el grupo parlamentario, a raíz de su imputación judicial. Pero no hay mal que por bien no venga. Porque el partido de Rull y (Tu)rull —algo así como Hernández y Fernández o Dupond et Dupont, los del «incluso diría más», aunque sin bombín ni bigote— se halla en estos momentos en una espiral de la no parece que pueda salir ya. De ahí esos intentos de desmarque de Josep Antoni Duran Lleida, que no son sólo una estrategia política —Duran es tan responsable de la deriva soberanista como el resto de los dirigentes de la federación—, sino también un intento desesperado de salvar el pellejo ante la que se avecina. El debate de esta semana en el Parlamento autonómico ha evidenciado una vez más la entrada en barrena de CIU. Tras el discurso de Mas, se ha hablado —y van…— de choque de trenes. En absoluto. Por seguir con la metáfora, el problema del presidente de la Generalitat y del gobierno y la federación que preside no es que vaya a chocar tarde o temprano con otro tren; es que ha entrado a toda velocidad en vía muerta y pronto se va a quedar sin raíles. Lo que no significa, claro, que su irresponsabilidad no traiga consecuencias —en realidad, ya las ha traído—, tanto en la propia Cataluña como en el conjunto de España. Quizá por eso el portavoz (Tu)rull puso anteayer tanto empeño en desmentir a los portavoces opositores —que habían aludido reiteradamente a la fractura social— sacando a pasear el mito de la cohesión social. «No hay riesgo de división», afirmó, «porque la cohesión social está en nuestro ADN». Y asunto zanjado. Como cuando a Pasqual Maragall, hace nueve años en Guadalajara (Méjico), le dio por descubrir que la lengua catalana era el ADN de los catalanes. Para que luego digan que la espiral es cosa pasajera.
(ABC, 28 de septiembre de 2013)
(ABC, 28 de septiembre de 2013)