Cada vez resulta más palmario que la reforma educativa del Gobierno del Partido Popular va a ser, en el mejor de los casos, una reforma a medias. Basta repasar unos cuantos asuntos medulares, susceptibles de fomentar la libertad de elección, el esfuerzo y el mérito —en definitiva, la excelencia—, para convencerse de ello. El Bachillerato, por ejemplo. De los tres años prometidos en el programa electoral y en la sesión de investidura del candidato Rajoy hemos pasado a los dos actuales. O sea, seguimos igual —eso sí, con un cuarto de ESO propedéutico, lo mismo para futuros bachilleres que para futuros profesionales—. Luego, las lenguas. Es decir, el castellano y su condición de lengua vehicular en Cataluña. La vieja promesa de fomentar un sistema educativo bilingüe mediante una fórmula de conjunción lingüística ha quedado finalmente en nada. O, mejor dicho, en un mal menor, en una suerte de quiero y no puedo consistente en financiar en un centro privado los estudios de quienes desean ser escolarizados en la lengua común de los españoles, y en obligar después a la Generalitat a costearlos. Y ahora las becas. Tras anunciar una modificación en el régimen de concesión de esas ayudas por la que iba a exigirse en adelante, para acceder a ellas, un 6 de media en bachillerato y un 6,5 en la universidad, el ministro ha tascado el freno. El rechazo de la Conferencia de Rectores y de las Consejerías de Educación de no pocas Comunidades —y entre ellas, agárrense, del propio PP— le ha llevado a dejar ambas medias en un 5,5, o sea, apenas medio punto por encima del requisito actual para la exención de tasas, el aprobado pelado. Algo es algo, se dirá —y se dirá incluso el ministro—. Sí, algo es algo. Pero no es así como se fomentará la excelencia en nuestra enseñanza. Si para obtener una beca basta un esfuerzo de medio punto por encima del que se exige a cualquier otro alumno, apaga y vámonos. Porque eso nada tiene que ver con la valoración de la aptitud y el trabajo.
Cuanto más se afina la reforma del modelo de enseñanza, más sensación tiene uno de que la casa, de nuevo, va a quedar sin barrer.
(ABC, 29 de junio de 2013)