Aunque la mitología del pujolismo guste de situar el concepto en la niñez del personaje, cuando se encaramó a lo más alto del Tagamanent y contempló la patria arrasada, o, como mucho, en los tiempos heroicos del caso Galinsoga y
Els fets del Palau, no hay duda de que su cristalización corresponde a los años de democracia y autonomía, o sea, al casi cuarto de siglo de gobernanza absoluta de Jordi Pujol en Cataluña. El concepto empezó siendo «proyecto de país». Eso es lo que Pujol, y nadie más que Pujol, tenía soñado, pensado y regurgitado para Cataluña. Lo que iba a construir, lo que estaba ya construyendo. Un proyecto totalizador, de matriz nacionalista, centrado en su augusta figura. Pero pronto el complemento se desgajó del núcleo del sintagma. Pronto «de país» se convirtió en algo así como una marca registrada. Había cosas «de país» y cosas que no lo eran. Por supuesto, las primeras eran las únicas que merecían la pena. Es más, las otras, para qué engañarnos, ni siquiera existían. Se entiende, pues, que Francesc Xavier Hernàndez Cardona —como oportunamente
informa Daniel Tercero en Crónica Global— aleccionara el pasado 26 de octubre a maestros y profesores de Infantil, Primaria y Secundaria que participaban en unas jornadas celebradas en el mismísimo Palacio de la Generalitat, para que así lo transmitieran a sus educandos, en los siguientes términos:
«Al igual que se quiere presentar la guerra de 1936-1939 en Cataluña como una guerra civil, en el siglo XVIII toda Cataluña en bloque actuó contra Felipe V, pese a que hay una corriente historiográfica que defienda lo contrario. [...] Ciertamente, Felipe V tenía unidades catalanas que luchaban a su lado, igual que Franco tenía al Tercio de Montserrat, que eran catalanes, o en las películas del Oeste, en las que se ve a algunos sioux que acompañan a los que conquistan los territorios, pero no por esto se dice que hubo una guerra civil entre los sioux. [...] La resistencia de 1713 y 1714 fue en bloque, de país, y muy conscientes de ello.»
Ya ven, queridos sioux, la resistencia de 1714 fue «de país». Como lo está siendo ya, a estas horas, ese simposio titulado «Espanya contra Catalunya» que ha promovido y financiado el Ministerio de Propaganda de la Generalitat. Créanme: si viven ustedes en Cataluña y tienen niños en edad escolar, sáquenlos de allí cuanto antes. Aunque a veces pueda parecerlo, esto no es una película del oeste.