(ABC, 7 de diciembre de 2013)
He estado mirando un buen rato esa fotografía de ayer en el periódico en la que se veía a tres líderes políticos catalanes celebrando, junto a la delegada del Gobierno en Cataluña, el Día de la Constitución. O, lo que es lo mismo, celebrando que en España existe la ley, «ese inapreciable método para resolver los conflictos entre ciudadanos» –por usar las muy justas palabras de Arcadi Espada–. Y si he estado mirando un buen rato esa foto no es tanto por la celebración en sí, que también, como por la naturaleza de quienes la protagonizaban, aparte de la delegada Llanos de Luna. O sea, por Alicia Sánchez-Camacho, Albert Rivera y Pere Navarro, líderes de PPC, Ciutadans y PSC, respectivamente. La reunión de esas tres fuerzas políticas en torno a la máxima representación del Gobierno en Cataluña –la del Estado sigue siendo, hasta nueva orden, el presidente de la Generalitat, por más que se empeñe en transmutarse en Gandhi o en Martin Luther King– y en un día tan señalado, constituye ante todo una anomalía, aunque sólo sea porque en el Parlamento catalán están representadas otras cuatro formaciones que no han juzgado conveniente aparecer en la foto. Pero, anomalías al margen, el que Navarro haya accedido a posar con tales compañeros de armas, copa de cava en mano y aire más o menos risueño, significa que el PSC ya no puede permitirse esa neutralidad ¬–por llamarlo de algún modo– que tanto ha cultivado en los últimos tiempos. Es verdad que no convocó a su militancia para que participara en la marcha de ayer en defensa de la Constitución. Es verdad que no apoyó el jueves en el Parlamento una moción de Ciutadans en contra de la consulta soberanista y a favor de la Constitución –que sí apoyó, en cambio, el PPC–. Pero, puestos a abstenerse, también podría haberlo hecho cuando citaron a Navarro para la foto. Y no. Será que poco a poco esa querencia por la equidistancia en aquellos asuntos que no la admiten va perdiendo fuerza entre sus dirigentes. O será que los sondeos electorales decididamente no acompañan. Sea lo que sea, algo se está moviendo en el PSC. Y esta vez todo indica que no son sólo las sillas.
(ABC, 7 de diciembre de 2013)
(ABC, 7 de diciembre de 2013)