María Acaso, profesora de Educación Artística de la Universidad Complutense de Madrid, bloguera y miembro del colectivo Pedagogías Invisibles —sí, Pedagogías Invisibles—, no es partidaria de grandes revoluciones, pero sí de pequeñas. Nos encontramos, pues, ante una especie de revolucionaria gradualista. Y acaso sensata —si bien esto último, homonimias aparte, está por demostrar—. El caso es que Acaso quiere acabar con las rigideces del sistema educativo. Pero no a lo bruto, como sería propio de una gran revolucionaria, sino, poco a poco, creando lo que ella llama «una comunidad». ¿Y qué es una comunidad para Acaso? Pues una superación: una superación de las diferencias entre profesor y alumno, un espacio —físico y afectivo— en el que «ambos deberían tratarse como iguales» —lo que no es hoy el caso, sobra añadirlo—. Acaso, ya se ve, es una profesora creativa. Y está convencida de que los demás profesores deberían ser como ella. «Un profesor creativo —afirma— podrá transmitir lo que quiera, porque realizará unas unidades didácticas maravillosas. Será capaz de olvidarse del libro y crear unas experiencias increíbles».

Transmitir lo que quiera, olvidarse del libro, experiencias increíbles… En efecto, como cantaban Los Mismos, será maravilloso. Acaso.

Acaso en el país de las maravillas

    27 de noviembre de 2013