Leo que entre la ANC y Òmnium van a pagarle al Ayuntamiento de Barcelona 275.000 euros en compensación por el par de enormes lonas que las dos organizaciones responsables de las campañas de agitprop nacionalista habían colgado en el centro de ciudad para llamar a votar el 9-N y a votar un doble sí. Según fuentes municipales, esa cantidad va a servir para restaurar, en parte, la fachada de la Pedrera. No sé si reparan en el proceso de transición nacional del dinero de los contribuyentes. Tanto la ANC como Òmnium son entidades fuertemente subvencionadas por las instituciones catalanas, entre las que destaca, por sus caudales, el propio Ayuntamiento de la capital. El dinero sale, pues, del capítulo de subvenciones, va a parar a las dos organizaciones, estas lo gastan como les parece y luego lo restituyen en parte al Consistorio para que este le lave la cara a uno de los edificios emblemáticos de Barcelona. La operación, sobra indicarlo, constituye un ejemplo de blanqueo, aunque sólo sea porque en la administración las partidas o los capítulos son compartimentos estancos entre los que no caben vasos comunicantes. A saber a qué ingeniería contable habrán recurrido los chicos de Trías. Eso sí, maestros en el arte del blanqueo, seguro que no les han faltado.