(ABC, 29 de noviembre de 2014)
Uno de los signos palmarios de la depravación de un país y de sus gentes es el desparpajo con que exhiben sus vergüenzas. En todos los órdenes, pero especialmente en el de la moral. En eso la Cataluña de hoy constituye también un referente. Son muchos los ejemplos, pero los más elocuentes se dan sin duda en el campo de la enseñanza. Como muestra más reciente, este libro de la editorial La Galera titulado «L’abecedari de la independència». Se trata, por supuesto, de un libro escolar. Tan escolar que está pensado, como su nombre indica y la página web de la editorial ratifica, «perquè els nens i les nenes aprenguin les lletres de l’abecedari». O sea, siendo generosos —la nueva pedagogía todo lo retrasa—, pongamos que para niños y niñas de 5 años. La página web también promete que el libro —traduzco— «hará las delicias de los niños y las niñas (y adultos) y los acercará al momento histórico que estamos viviendo». Cierto. Al menos, en lo que respecta a la segunda parte de la promesa. El extracto facilitado por la editorial no incluye más que las cuatro primeras letras del alfabeto, debidamente ilustradas, pero les aseguro que son más que suficientes. La A está dedicada a la Assemblea Nacional Catalana y la ilustración muestra a adultos y niños inscribiéndose para formar parte de tan noble iniciativa. La B tiene como protagonista al burro catalán, del que tiran dos niños afanosamente, y acaso revele por sí sola el nivel de la enseñanza en la Comunidad. La C está consagrada, cómo no, a la palabra «consulta» y se ilustra con una mujer —prototipo de progre catalana— votando. Y la D —seguro que ya lo han adivinado— se vincula al derecho a decidir, ejemplificado con una mesa en la que aparecen sentados niños y adultos, armados de boli y papel, en pleno ejercicio, se supone, de semejante derecho. Eso se enseña hoy, en Cataluña, a la más tierna edad. Y no pasa nada. Quiero decir que a nadie se le ocurre meter en vereda a los depravados que han editado el libro, a la administración que lo ha bendecido, a los maestros que lo utilizan en clase o a los padres que consienten o aplauden semejante barbaridad. Esta es la ruina de país que está construyendo el nacionalismo.
(ABC, 29 de noviembre de 2014)
(ABC, 29 de noviembre de 2014)