(ABC, 15 de noviembre de 2014)
Tras el esperpento votivo del pasado domingo, todo indica que el presidente Mas quiere seguir gobernando —es un decir— por vía asamblearia. No diré que funcione como Podemos y sus círculos, pero no andará muy lejos. El abrazo del día de autos con el cupero Fernàndez revela, en realidad, una profunda sintonía entre ambos líderes políticos. Mucha más, en todo caso, que la que el presidente alcance a establecer con el republicano Junqueras, un rival al fin y al cabo, alguien que tarde o temprano puede apearlo del trono. No así Fernàndez. Este jueves el Parlamento autonómico aprobó una moción de la CUP en la que sus señorías —o sea, las de la CUP, CIU, ERC e ICV-EUiA— asumían «de forma solemne y colectiva todas las consecuencias que se pudieran derivar» de lo sucedido el domingo anterior en Cataluña. Y en la que, al tiempo que rechazaban todo intento de pedir responsabilidades por vía judicial, calificaban la «línea de actuación del Gobierno de los populares» de «criminalización de las movilizaciones ciudadanas». Como ven, un lenguaje muy propio de Fernàndez y muy alejado, hasta hace cosa de un mes, del de Mas y los suyos. Porque si algo ha cambiado en todo este asunto de Cataluña desde aquella comparecencia del presidente autonómico para dar cuenta de sus reuniones con sus socios consultivos tras la primera suspensión cautelar del 9-N por parte del Constitucional, son las formas y lo que dejan traslucir. Hemos entrado, sin recato alguno, en la fase de la bravata, la arrogancia, la chulería. En la de la sandalia, vaya. Así cabe entender las palabras de Mas el mismo domingo, aquel aquí me tienen, o las más recientes del miércoles, aquello de «el Estado ya no nos da miedo». Mas pastorea el rebaño, mientras Fernàndez, con la inapreciable ayuda de las Forcadell y Casals de turno, lo incita a tomar la calle azuzándolo contra el enemigo exterior. A la progresiva disolución del Estado —a la que tan diligentemente contribuye, por cierto, el Gobierno central— se suma, pues, la del propio sistema de partidos nacionalistas. Es la Cataluña insurrecta, asamblearia. La Cataluña del Movimiento. La Cataluña de Mas.
(ABC, 15 de noviembre de 2014)
(ABC, 15 de noviembre de 2014)