Dice hoy María Jesús Cañizares en Abc que existía un pacto de caballeros para no usar la figura de Pasqual Maragall, enfermo de Alzheimer desde por lo menos 2007, con fines políticos. O que eso le cuentan, vaya. Aunque no dice quiénes son esos caballeros del pacto, lo más probable es que se trate de socialistas y convergentes. Y que todo arranque de 2010. En vísperas de la campaña para las autonómicas de aquel año, Maragall confesó a una periodista de MésCat, el boletín interno de Convergència, que creía que el ganador iba a ser Artur Mas. Al punto, tanto José Montilla, que aspiraba por entonces a conservar la Presidencia de la Generalitat, como su hermano Ernest se mostraron indignados por lo que consideraron una burda manipulación de la voluntad de un hombre aquejado por una enfermedad mental. Es posible, pues, que, de resultas de aquello, CIU y PSC acordaran dejar en paz al expresidente de la Generalitat. Y hasta cabe la posibilidad de que ERC se sumara al acuerdo. Pero todo eso nada tiene que ver con lo ocurrido ayer en el mitin de los republicanos. Para entendernos: Pasqual Maragall puede carecer de voluntad, pero no así su familia. Ni su mujer, ni, por supuesto, su hermanísimo. Como desveló en su momento Arcadi Espada y nos recuerda hoy mismo con toda precisión José María Albert de Paco, ya en 2008 tanto Diana Garrigosa como Ernest Maragall ordenaron destruir 10.000 ejemplares de una biografía del expresidente de la Generalitat, porque contenía referencias a la enfermedad y fragmentos de unas memorias del padre, Jordi Maragall, en las que este describía la «liberación de Barcelona» del 26 de enero de 1939 como lo que fue, una liberación. Y lo mismo cabe imaginar que sucedió hace apenas un par de meses cuando Jordi Martí, ese residuo del viejo PSC, logró hacerse la foto con Pasqual en su afán por convertirse en el candidato del partido a la alcaldía de Barcelona.

Por todo ello, no hay por qué dudar de las palabras de los de ERC cuando afirman que ellos no invitaron a Pasqual Maragall a la fiesta, que vino porque quiso. Mejor dicho, porque Ernest y Diana quisieron y se lo trajeron. Y es que la familia nunca formó parte del pacto de caballeros.

Un pacto de caballeros

    19 de mayo de 2014