El problema de nuestros federalistas es, y me temo que seguirá siendo, la excusatio non petita. O, si lo prefieren, esa permanente necesidad de pedir perdón al nacionalismo, ya sea por expresarse públicamente en castellano, ya sea por expresarse, ya sea.
El problema de los llamados Federalistes d’Esquerres queda perfectamente ejemplificado en este vídeo. Victoria Camps, miembro de la Junta Directiva de la entidad, presentaba el lunes a Stéphane Dion en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona, donde el académico y político canadiense se aprestaba a impartir una conferencia bajo el título “La respuesta federal a la tensión secesionista”. Pues bien, nada más iniciar su intervención, nuestra federalista pedía perdón a Gaspar Coll —quien presidía el acto en representación del rector—, por no expresarse en catalán, la lengua en que se había expresado justo antes Coll. Si Camps pedía perdón por no utilizar esa lengua, no era porque no la hablara, sino porque Dion apenas iba a entender lo que dijera —como apenas había entendido, claro, las catalanísimas palabras inaugurales del representante rectoral—.
El problema de nuestros federalistas es, y me temo que seguirá siendo, la excusatio non petita. O, si lo prefieren, esa permanente necesidad de pedir perdón al nacionalismo, ya sea por expresarse públicamente en castellano, ya sea por expresarse, ya sea.
El problema de nuestros federalistas es, y me temo que seguirá siendo, la excusatio non petita. O, si lo prefieren, esa permanente necesidad de pedir perdón al nacionalismo, ya sea por expresarse públicamente en castellano, ya sea por expresarse, ya sea.