Por si acaso. Discurso de Ramon d’Abadal i Calderó, presidente de la minoría de la Lliga Catalana en el Parlamento de Cataluña, después de que Lluís Companys, presidente de la Generalitat de Cataluña, anunciase que no pensaba acatar la sentencia del Tribunal de Garantías Constitucionales de la Segunda República española (La Vanguardia, 13-6-1934).
«El señor Abadal empieza diciendo:
Mi presencia aquí no significa un cambio de actitud en la minoría de "Lliga Catalana".
Era necesario que hoy se oyese aquí la voz de un importante sector de opinión pública de Cataluña, y aquí estoy para ello. Hablaré con toda claridad, pero también con toda serenidad.
Ha creído bien el Presidente de la Generalidad, recordar actuaciones pasadas. No creo que esto tenga relación con lo que aquí se debate, pero ya que así lo ha creído oportuno el Presidente, yo debo aclarar por mi parte, que me siento orgulloso de mi actuación en la Asamblea de Parlamentarios de mi actitud durante la Dictadura.
Creo mi deber señalar al Gobierno de la Generalidad la gravedad de no acatar el fallo de un tribunal establecido por la Constitución española y reconocido por el Estatuto de Cataluña.
La sentencia, ¿es buena o mala? No lo sé. Sólo sé que la Constitución, ha dado competencia al Tribunal de Garantías y al aceptarlo el Estatuto, previamente acepta las sentencias que este Tribunal pueda dictar. Y si es grave para el individuo, mucho más grave es para un pueblo. (Grandes rumores. Muchos diputados abandonan sus escaños.)
No olvidéis que el Tribunal de Garantías está fundamentado en la Constitución de la República.»