Leo en «La Vanguardia» española —esto es, en la que está escrita en español— que en la madrugada del martes al miércoles pasados, o sea, cuando apenas habían transcurrido unas horas desde que el Congreso de los Diputados rechazara la propuesta de cesión de competencias presentada por el Trío La, la, la —o Sí, sí, sí o Cat, cat, cat, como gusten— del Parlamento catalán, unos desaprensivos serraron los mástiles emplazados en las villas gerundenses de Celrà, Fornells de la Selva, Bescanó y Serinyà a fin de hacerse con las «estelades» que de ellos colgaban —y digo desaprensivos, porque qué culpa tenían los pobres mástiles de que les hubieran puesto aquello encima—. Sobra añadir que a los ediles de las plazas afectadas les faltó tiempo para establecer una relación de causalidad entre el debate parlamentario de Madrid y el robo de las enseñas independentistas. Y para afirmar, gallardos, que esto no les «arronsará». Como resulta difícil imaginar que las declaraciones fueran hechas en otra lengua que la catalana, es de creer que la citada forma verbal fue, en efecto, pronunciada por esos representantes de la voluntad pueblerina, aun cuando en el texto de la noticia —escrito en español, recordémoslo— la palabra aparezca sin marca alguna que permita atribuírsela. Para quien no conozca el catalán, precisaré que «arronsar-se», en este contexto, significa algo así como «arrugarse». Vaya, que los ediles aseguran que no se van a arrugar por más mástiles que les sierren. Ignoro, claro, por qué el redactor de la noticia no tradujo el término, tanto más cuanto que, al no llevar comillas, aparece puesto en boca suya. Pero como yo tampoco logro sustraerme al impacto de las relaciones de causalidad, se me ha ocurrido que acaso no fuera consciente de su origen catalán. O que simplemente ignorara su equivalente en español. ¿Que dónde está entonces la relación de causalidad?, tal vez se pregunten. Hombre, yo creo que después de oír a la aprendiz de rapsoda y no obstante diputada autonómica Marta Rovira expresarse en castellano en el hemiciclo del Congreso, uno no puede por menos de contagiarse un poquitín. Patrióticamente hablando, se entiende.

(ABC, 11 de abril de 2014)

No les «arronsará»

    12 de abril de 2014