1. Muletas. A Muriel Casals, la presidenta de Òmnium Cultural, no le quitan el sueño las reticencias de Unió Democràtica ante la llamada Via Catalana, esto es, ante la cadena humana que su organización y la Asamblea Nacional Catalana han convocado, subvención mediante, para el próximo 11 de septiembre. Se comprende. ¿Cómo van a quitarle el sueño esas reticencias si luego, a la hora de la verdad y tal y como se evidenció en la manifestación del año pasado, el mismísimo presidente de la formación democristiana acude a la cita? Y no de cualquier modo. Como indica la propia Casals, la presencia de Josep Antoni Duran Lleida, que compareció a la pata coja y ayudándose con muletas, fue entonces «muy espectacular». Y ejemplar, cabría añadir. Porque reflejó a las mil maravillas la tibieza del nacionalismo conservador ante el envite del radical. O sea, su incapacidad, no ya de hacerle frente, sino de mantenerse por lo menos al margen de sus manejos. ¡Si hasta con muletas acudió el hombre para evitar que le pusieran «falta»!

2. Saberes. La universidad española sigue instalada en la medianía. Es decir, por debajo de los 200 primeros puestos del «Academic Ranking of World Universities» elaborado por la Universidad Jiao Tong de Shanghai y que incluye a las 500 mejores del mundo. Claro que hablar aquí de medianía resulta engañoso. Por más que las cuatro mejores españolas –dos de Madrid y dos de Barcelona– estén en el bloque que va de la 200 a la 300, los demás países de Europa Occidental tienen todos una universidad, como mínimo, entre las 100 o las 200 primeras. Y todavía hay quien considera que al modelo educativo español lo que le falta es tiempo.

3. Dormir. Recuerda Augusto Assía en un artículo que la vitalidad de Churchill, como la de Napoleón, estribaba en su capacidad para echarse a dormir en cualquier sitio y circunstancia, durante unos minutos, para así reponerse del cansancio. Si mal no recuerdo, lo mismo se decía de Eugenio d’Ors. Yo no sé ustedes, pero, lo que es yo, para dormir he precisado siempre la cama –la mía, a ser posible– y la noche. En fin, que apañado estoy.

(ABC, 17 de agosto de 2013)

Apuntes veraniegos (2)

    17 de agosto de 2013