1. Me alegro de que casi todos los medios escritos españoles hayan coincidido en no designar la nueva Ley Orgánica de Educación venezolana con las siglas de rigor. Qué quieren, un símbolo es un símbolo. ¿O acaso les parecería éticamente aceptable que nuestra prensa se refiriera a la LOE para hablar de una ley distinta a la española, esto es, para recordar que estamos ante un texto «ideologizante», calificado por el propio gobierno de Chávez de «instrumento esencial para fundar la nueva conciencia del socialismo del siglo XXI»? Menudo belén se armaría, ¿no? Nada, nada, no vayamos a confundir ahora España con Venezuela. Al fin y al cabo, que en ambos países exista una ley orgánica de educación y un socialismo que la ampara no deja de ser pura coincidencia.

2. Joan Tardà ha propuesto «la retirada transitoria de los diputados catalanes en Madrid» como medida de presión en caso de que la sentencia del Constitucional sea finalmente adversa. El hombre dice tomar como referencia la retirada de todos los parlamentarios catalanes en 1918, cuando el Gobierno de España rechazó el primer proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña. No veo por qué; esa retirada histórica, encabezada por Cambó y su Lliga, de nada sirvió. Ya puestos, podía haberse fijado en otro antecedente, el de los diputados del grupo de Esquerra que en junio de 1934 abandonaron también sus escaños para protestar por la sentencia del Alto Tribunal de entonces que declaraba inconstitucional la Ley de Contratos de Cultivo de la Generalitat. Ese abandono, como mínimo, procuró a los correligionarios de Tardà su pequeño instante de gloria, el único que jamás hayan tenido: el 6 de Octubre.

3. A mí también me gustaría que María Dolores de Cospedal aportara las pruebas que demuestran que su partido ha sido sometido a escuchas ilegales. Entre otros motivos, porque así el decano de la prensa catalana continental tendría que renunciar a titulares como este: «El PP se reafirma en su estrategia del victimismo frente al Gobierno». Después de casi tres décadas de no aplicar nunca ese concepto a la política de los distintos gobiernos autonómicos en relación con la de los gobiernos centrales respectivos, resulta bochornoso leerlo ahora cada dos por tres en letras de molde aplicado a los pobres —en Cataluña, se entiende— populares. Y no les digo en agosto.

4. Pep Solà, que acaba de terminar una biografía de Joan Vinyoli que saldrá a la calle por Navidades, me envía el cartel del homenaje que Begur ha organizado al poeta en ocasión del 25 aniversario de su muerte. Tenía que ser un simposio, como el celebrado hace cinco años en Santa Coloma de Farners, pero se ha quedado en una simple jornada, el próximo 12 de septiembre. Qué le vamos a hacer. Con todo, Solà es optimista y cree que para 2014, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Vinyoli, ya no habrá excusas y la Generalitat deberá decretar el correspondiente Any Vinyoli. Ojalá. Aunque, la verdad, eso de que coincida con el referéndum independentista anunciado por el Bigotes no invita precisamente a la esperanza.

ABC, 22 de agosto de 2009.

Postales veraniegas (4)

    22 de agosto de 2009