La opinión publicada española —y cuando digo española, digo también catalana, por supuesto— se pregunta, no sin cierta ilusión o zozobra, según le vaya el viento, «¿y ahora, qué?». O sea, qué va a ocurrir en Cataluña —y cuando digo Cataluña, digo también España, por supuesto— después de la Gran Confesión. En el calendario hay dos fechas señaladas. El 9 de noviembre, claro, pero también el 11 de septiembre. La inmediatez de la segunda de las fechas y el hecho de que este día esté prevista en Barcelona una magna concentración popular favorable a la independencia la hacen doblemente interesante. En los dos últimos años la Diada se ha erigido en el banco de pruebas del soberanismo. Su principal argumento, en realidad. Aunque luego las cifras no hayan sido las presuntamente contadas por los encargados de hacerlo ni las febrilmente pregonadas por los voceros del régimen, no hay duda de que en ambas jornadas mucha gente salió a la calle, en especial el año pasado. Veremos cuánta sale ahora. Pero, como es lógico, la movilización no puede ser el único indicador del impacto de la Gran Confesión. Es más, dado que los manifestantes suelen coincidir con la parte más radicalizada del independentismo, hasta podría suceder que este año su número no menguara. Donde la inflexión tiene que percibirse por fuerza tarde o temprano es en ese sector más moderado del soberanismo, en el sector borreguil, para entendernos, en el que siempre ha votado a CIU ¬—o incluso al PSC de Maragall¬— y para el que Jordi Pujol era un referente sin mácula, Cataluña misma. Ese sector estaba ahí, a la cola, si quieren, pero presente, porque Pujol también lo estaba. Ausente Pujol, reprobado y hasta aborrecido, es de suponer que muchos de estos fieles se habrán sumido en una gran depresión. Y como son gente de orden, gente que considera casi un deber ejercer el voto, buscarán otras fuerzas políticas a las que apoyar. Viejas o nuevas. ¿O acaso no resulta sintomático que, después de unos días en los que parecía que se lo había tragado la tierra, haya regresado a la escena pública, con su caña de pescar en ristre, el incombustible y nada incorruptible Duran Lleida?

(ABC, 2 de agosto de 2014)

Después de la Gran Confesión

    2 de agosto de 2014