(ABC, 20 de abril de 2013)
Ha llegado a mis pantallas, vía La Voz de Barcelona, un documento futurista. Se titula «La futura força de defensa de Catalunya», lleva fecha de 1 de abril de 2013 y está firmado por el Centre d’Estudis Estratègics de Catalunya (CEEC). O sea, es obra de Miquel Sellarès, el hombre que declaraba hace poco que los catalanes estamos en guerra y no nos damos cuenta. Dejemos ahora a un lado, si les parece, los problemas de Sellarès con la justicia, su afición a los confidenciales o el que su vida laboral, si así puede llamársele, se haya desarrollado hasta la fecha a costa de los contribuyentes; dejemos todo esto, centrémonos en el hecho de que el inspirador del texto pasa por ser el máximo experto en seguridad de Cataluña y entremos de una vez en materia. Lo primero que llama la atención del documento —amén de una sintaxis llena de solecismos— es la falta de fe del CEEC en lo que escribe. Según propia confesión, su «ejercicio de simulación» es «discutible y modelable» y no pretende abrir con él ni «una gran polémica ni un gran debate». Se comprende. Entre otras razones, porque parte de un imposible, cuando menos a tenor de la actual legislación: la pertenencia del futuro Estado catalán al marco europeo (UE) y atlántico (OTAN). Pero, en fin, la simulación, ya se sabe, tiene estas cosas. Por lo demás, el documento ofrece consideraciones tan novedosas como que la proliferación de armas de destrucción masiva constituye la mayor de las amenazas que se ciernen sobre el «nasciturus», o consideraciones tan decisivas como que la descomposición de los Estados —entre los que no se incluye, claro, el propio «nasciturus»— puede pillar en el futuro a miles de catalanes en la necesidad de ser evacuados. Pero acaso lo más relevante sea esa minuciosa «Hoja de ruta para crear las futuras Fuerzas de Defensa de Cataluña» (FDC) con que se cierra el documento, en la que se llega incluso a indicar los niveles de catalán exigibles a los mandos y a la tropa y donde sólo queda por precisar la hechura y el color de los respectivos uniformes. En fin, el delirio nacionalista por tierra, mar y aire.
(ABC, 20 de abril de 2013)
(ABC, 20 de abril de 2013)