Es posible que la prisa haya sido, una vez más, mala consejera. La proximidad de la jornada 1º de Mayo y de la cumbre de presidentes de bancos europeos aconsejaba una actuación presta y eficaz para evitar que Barcelona vuelva a ser, por tercer mes consecutivo, portada del «New York Times» —ya saben, una foto a todo color con los encapuchados de siempre destrozando la Bolsa o la vida—. O es posible que todo se deba a ese maleficio que parece pesar sobre la policía autonómica desde que en 2005 empezara a desplegarse en la capital catalana bajo el mandato de la consejera Tura y que la ha llevado a oscilar, en el mantenimiento del orden público, entre las Hermanitas de la Caridad y los Hombres de Harrelson —movimiento pendular cuyo periodo de máximo esplendor coincidió con el mandato del consejero Saura—. Sea como fuere, la iniciativa de abrir una web con fotos de los vándalos en plena faena, a fin de que los ciudadanos puedan colaborar a identificarlos, ha recibido ya toda clase de varapalos. Desde la opinión de juristas que dudan de su legalidad hasta declaraciones como las del abogado de algunos de los pocos detenidos, que la califica de «práctica inquisitiva» y «caza de brujas», pasando por sonoros llamamientos a boicotearla, como el del ínclito fiscal anticorrupción Jiménez Villarejo. Añadan a lo anterior que, entre las 68 personas cuya imagen fue expuesta al principio —en la web ya sólo quedan 66—, había como mínimo un menor, y comprenderán que el mal fario o la incompetencia no han desaparecido del todo. Pues bien, aun así, la iniciativa es digna de elogio. En esta clase de asuntos la policía ha recabado siempre la colaboración ciudadana. Basta recordar los carteles colgados en los controles aeroportuarios. ¿Por qué no aquí y ahora? ¿Por qué Barcelona debe constituir un caso aparte? ¿Por qué la izquierda se empecina en defender lo indefendible? ¿Acaso porque ya no hay otra forma de seguir siendo portada del «New York Times»?

ABC, 28 de abril de 2012.

Vándalos en la web

    28 de abril de 2012